Marshall Goldsmith
Estoy teniendo un momento difícil al frente de mi equipo. Los miembros del equipo no siguen mis instrucciones, que estoy seguro de que harían nuestro proyecto mucho más éxitoso. ¿Qué estoy haciendo mal? Lo que estás haciendo mal es muy sencillo: simplemente tú te has olvidado que tu equipo está en una posición más crítica al éxito de tu proyecto de lo que tu estas.
Con los años, he trabajado con muchos grandes líderes como educador ejecutivo y técnico. Un cliente, Charlie, en particular sigue siendo uno de mis favoritos. Él es el que ha mostrado una mayor mejora - y es con el que he pasado la menor cantidad de tiempo.
Charlie fue presidente de una división con más de 50.000 empleados. Su CEO reconoció su talento y me pidió que ayudara a Charlie ampliar sus funciónes, proporcionar un mayor liderazgo, y crear sinergia a través de la organización. Charlie involucro con entusiasmo a su equipo en este proyecto. Cada persona tomó la responsabilidad de crear una sinergia positiva en la organización con sus colegas. Periódicamente ellos informan de sus esfuerzos, aprenden de sus colegas, y comparten lo que aprendieron. Se agradeció a la gente por sus ideas y sugerencias y se dio seguimiento para asegurar su aplicación efectiva.
Lo que me parece interesante es que de todos los clientes que se he entrenado, Charlie es con el cliente que pasé la menor cantidad de tiempo. Esta relación inversa entre el tiempo que nosotros hemos pasado juntos y él y su equipo mejorando es una lección de humildad. Al final del proyecto, le dije a Charlie sobre esta observación. "Creo que he pasado menos tiempo con usted y su equipo que con cualquier otro equipo que he entrenado, pero usted y su equipo produjo los mejores resultados positivos. ¿Qué debo aprender de mi experiencia? Charlie pensó acerca de mi pregunta. "Como entrenador," dijo, "usted debe darse cuenta de que el éxito con sus clientes no es todo acerca de usted, se trata también de las personas que optan por trabajar con usted." Se echó a reír, y luego continuó: "De cierto modo, soy el mismo. El éxito de mi organización no es sobre mí, es sobre todo el excelente personal que está trabajando conmigo". ¡Qué reseña! Esto no es más de lo convencional que la sabiduría del liderazgo exige. Mucho de la literatura sobre el liderazgo exagera, incluso le da glamur, sobre la contribución del líder. Todo empieza con el líder, que es el responsable de la mejora, que es quien guía a la victoria, sin el líder no hay navegador. Esto no es cierto. Un muy citado proverbio dice: "El mejor líder, la gente no lo nota. Cuando el trabajo del mejor líder esta hecho, la gente dice: 'nosotros mismos lo hicimos" Los grandes líderes como Charlie, reconocen lo absurdo que es creer que un entrenador o un líder son la clave del éxito de una organización. Los mejores líderes entienden que los resultados alcanzados a largo plazo son la creación de todo el excelente personal que hace el trabajo – y no sólo de la persona que tiene el privilegio de estar en la cima de la pirámide.
No hay comentarios:
Publicar un comentario