Gabriel Garcia Marquez
"No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad"

Robert Louis Stevenson
"Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos"

Aldous Huxley
"El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás"

domingo, 29 de noviembre de 2009

La urgencia, un importante factor en la fórmula del éxito.

Motor de cambio    Por Joachim de Posada
Es tarde en la noche y es urgente para mí terminar este artículo para someterlo a mi editor en Yahoo ya que el “deadline” o fecha de entrega de material es mañana.
Es por esto que se me ocurre escribir sobre este tema tan importante de la urgencia. Es en mi opinión, uno de los factores más importantes para que una persona sea exitosa. Espero que después de leer el artículo, ustedes mis amables lectores, concuerden conmigo.
Quiero compartir un método basado en la acción y no en la suerte. Debo aclarar que la suerte sí existe y que es un factor en la vida. Pero esa suerte le llega a aquellos que están preparados para reconocer las oportunidades que se presentan o para quienes están dispuestos a levantarse 8 veces si se han caído siete.
Quiero compartir con ustedes una perspectiva de éxito que he visto en personas que están viviendo su sueño, personal y financieramente.
Las personas exitosas actúan desde una perspectiva de urgencia en completar las tareas y los objetivos que se trazan, en vivir sus sueños, en dar los pasos necesarios, cumplir con todos los requisitos, llenar las planillas, hacer las llamadas telefónicas necesarias, llegar a tiempo a las citas en cumplir con las cuotas de ventas, etc. etc. etc.
Son proactivos en vez de reactivos. Usted tiene que luchar por conseguir sus sueños y metas con un sentido de urgencia. Hasta el momento, ninguno de nosotros va a vivir 130 años, quizás en un futuro pero no por ahora, por lo tanto, la vida se va acabando y queda menos tiempo.
Tiene que prender ese fuego interno dentro de usted que lo catapulte a un mayor nivel de productividad y acción.
Pregúntese: ¿Si yo fuera a actuar desde un punto de vista de urgencia, que tres acciones tomaría hoy mismo?
Apunte la respuesta a esta pregunta y ACTUE.
Vamos, usted puede hacer más de lo que usted cree. Sólo tiene que proponérselo.
Una de las técnicas que utilizan todo el tiempo los vendedores exitososos es dar un sentido de urgencia a todo lo que hacen.
“Tengo que lograr mi cuota esta semana”
“Solo quedan dos ejemplares y de seguro se van a vender, así que separe el suyo hoy mismo”
“Este descuento es válido hasta hoy a las 5 de la tarde”
“Este modelo ya nunca más se va a fabricar, así que no pierda la oportunidad de adquirirlo hoy mismo”
Estas técnicas funcionan en el mundo de la venta y también funcionan con usted mismo, si logra programarse con este sentido de urgencia.
Piense en algún sueño que usted ha tenido ya por varios años. Mucha gente me dice que quiere viajar el mundo, quiere tener su propia casa, quiere escribir un libro, quiere graduarse en la universidad.
Les pregunto entonces, ¿y por qué no lo han logrado todavía?. A veces les pido que me enseñen el planificador o agenda para ver qué actividades tienen programadas. Así podemos ver que lo que tienen programado no los acerca a lograr sus sueños. Si usted no programa las actividades necesarias para lograr su sueño, este no se va a realizar.
Pídale más a la vida. Sienta la urgencia en hacerlo y HAGALO.


Steve Jobs speech at Stanford (VIDEOS)

Estrategias y Objetivos (VIDEO)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Esfuerzo o logro?

Horacio Marchan
Aunque duela: el esfuerzo no necesariamente te lleva al éxito.
Hay gente que trabaja poco y le va muy bien; hay gente que "se la parte jalando", se levanta temprano, le da duro 12 o 14 horas diarias, y se queda así por décadas sin realmente avanzar.
Los griegos, que luego sirvieron de inspiración a la filosofía de Nietzsche, lo registraron en sus mitos, en sus obras de teatro, en sus historias y leyendas: la vida no es justa, la vida simplemente es.
No hay una correlación lineal entre el esfuerzo y el resultado, y Pareto lo comprobó estadísticamente: el 20 por ciento de nuestro esfuerzo (trabajo, clientes, productos que ofrecemos, trabajo de los empleados) genera el 80 por ciento de los resultados (logros, ventas, utilidades, entregables). De igual manera: el 20 por ciento de las causas provocan el 80 por ciento de nuestros problemas.
Entonces ¿por qué no nos obsesionamos en detectar ese 20 por ciento que define al 80 por ciento? Esta debería ser la búsqueda diaria, la gran meta anual, la pesquisa de los líderes organizacionales.
¿Qué pasaría si al detectar el 20 por ciento de alto impacto le metiéramos la energía y los recursos que se invierten en el 80 por ciento restante de bajo impacto?
Si, por ejemplo, ¿al 20 por ciento de los clientes más rentables se le asignaran más recursos que al 80 por ciento de los clientes menos rentables?; ¿si realizáramos innovaciones adyacentes alrededor de los productos más exitosos?; ¿si le metiéramos más tiempo a aquello en lo que somos realmente buenos, en lugar de dilapidar el 80 por ciento de los recursos en cubrir debilidades?

lunes, 23 de noviembre de 2009

El liderazgo no es acerca de usted (traducido)

Marshall Goldsmith
Estoy teniendo un momento difícil al frente de mi equipo. Los miembros del equipo no siguen mis instrucciones, que estoy seguro de que harían nuestro proyecto mucho más éxitoso. ¿Qué estoy haciendo mal? Lo que estás haciendo mal es muy sencillo: simplemente tú te has olvidado que tu equipo está en una posición más crítica al éxito de tu proyecto de lo que tu estas.
Con los años, he trabajado con muchos grandes líderes como educador ejecutivo y técnico. Un cliente, Charlie, en particular sigue siendo uno de mis favoritos. Él es el que ha mostrado una mayor mejora - y es con el que he pasado la menor cantidad de tiempo.
Charlie fue presidente de una división con más de 50.000 empleados. Su CEO reconoció su talento y me pidió que ayudara a Charlie ampliar sus funciónes, proporcionar un mayor liderazgo, y crear sinergia a través de la organización. Charlie involucro con entusiasmo a su equipo en este proyecto. Cada persona tomó la responsabilidad de crear una sinergia positiva en la organización con sus colegas. Periódicamente ellos informan de sus esfuerzos, aprenden de sus colegas, y comparten lo que aprendieron. Se agradeció a la gente por sus ideas y sugerencias y se dio seguimiento para asegurar su aplicación efectiva.

Tres palabras que cada líder necesita aprender (traducido)

Rosabeth Moss Kanter
Hay tres palabras que los líderes saben cómo decirlas, y no me estoy refiriendo a "Te quiero" (estas son bastante buenas). Las palabras mágicas son "Yo estaba equivocado". Maridos y esposas saben que decir esas palabras el uno al otro puede ser aún más significativo que las propias caricias. Cuando los líderes se lo dicen a sus equipos en el momento oportuno, fomentan la confianza y pueden seguir una mejor ruta. La simple frase "Yo estaba equivocado" es lo más difícil de pronunciar para los líderes y es lo más necesario que tienen que aprender. Alan Greenspan, llegó a decirlo en el calor de la crisis financiera mundial, pero no del todo. Cuando el ex presidente de la Junta de la Reserva Federal, reconocido como el gurú del crecimiento mundial, declaró ante el Congreso en el otoño pasado, dijo que estaba "en un estado de incredulidad" -, pero no porque sus acciones habían sido las equivocadas. Admitió que " Sí, he encontrado una falla. Yo no sé qué tan significativa o permanente es". Cuando se le preguntó directamente por el Californiano, Henry Waxman, "¿Estaba usted equivocado?" responde, "parcialmente". El ex presidente Bill Clinton es ligeramente mejor en decirlo. En una reciente audiencia de las Naciones Unidas en conmemoración al Día Mundial de la Alimentación dijo "a todos se nos olvido incluyéndome a mí", al descuidar la ayuda a los agricultores en las estrategias de su plan de desarrollo. Le he oído decir que se equivocó por no haber intervenido en el genocidio de Ruanda. Sin embargo, fue procesado por no decir bajo juramento, "yo lo hice, y yo estaba equivocado" sobre su conducta privada.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Motivating people: Getting beyond money

The economic slump offers business leaders a chance to more effectively reward talented employees by emphasizing nonfinancial motivators rather than bonuses. NOVEMBER 2009 • Martin Dewhurst, Matthew Guthridge, and Elizabeth Mohr Source: Organization Practice Companies around the world are cutting back their financial-incentive programs, but few have used other ways of inspiring talent. We think they should. Numerous studies1 have concluded that for people with satisfactory salaries, some nonfinancial motivators are more effective than extra cash in building long-term employee engagement in most sectors, job functions, and business contexts. Many financial rewards mainly generate short-term boosts of energy, which can have damaging unintended consequences. Indeed, the economic crisis, with its imperative to reduce costs and to balance short- and long-term performance effectively, gives business leaders a great opportunity to reassess the combination of financial and nonfinancial incentives that will serve their companies best through and beyond the downturn. A recent McKinsey Quarterly survey underscores the opportunity.

¿Líder es igual a Gerente?

¿Líder es igual a Gerente?
VALE LA PENA - LEALO CON CALMA
La experiencia demuestra que las organizaciones pueden analizarse como la interacción sistémica de cinco dimensiones: la estrategia, la cultura, los recursos, la administración y los mercados. Esta interrelación es la que se representa gráficamente en el llamado “modelo Penta”. La necesidad de contar con una estrategia ejecutable se deriva del cambio continuo y discontinuo en los escenarios, de la dinámica de la innovación, del desafío inevitable de los competidores y de la cada vez mayor complejidad interna de las empresas. Pero, además, internamente, las organizaciones tienden, especialmente las más grandes, hacia el fraccionamiento en compartimentos estancos. El objetivo del proceso de desarrollo y alineamiento estratégico es el de transferir a la empresa la capacidad de dominar el modelo Penta, para que los miembros de esa empresa dispongan de las mismas herramientas de diagnóstico y transformación que nosotros empleamos para ayudar en su desarrollo. Esto permite que nuestra función sea la de “pensar con ellos” y no la de “pensar por ellos”. Así es como defino mi rol como “copensor” y no como consultor. El copensor piensa en conjunto con los diferentes grupos de la empresa para instalar una fuerte cultura estratégica, basada en la innovación, y que ésta se irradie en toda la organización para impulsarla a liderar el futuro. A diferencia del coach o del facilitador, el copensor transfiere la tecnología, el conjunto de modelos conceptuales con los cuales la organización desafía individual y grupalmente las visiones, las percepciones, las creencias, las hipótesis, las opiniones y las predicciones que hasta ese momento dominaban los mapas mentales con los cuales tomaba decisiones. A diferencia del profesor, el copensor ayuda a aplicar. El copensor debe ayudar a la integración y al alineamiento, tras una visión comprendida, compartida y comprometida, sustentada en una cultura de innovación, crecimiento y competitividad como vector de su estrategia de desarrollo sostenible. Pero hay todavía más. Las empresas tienden, especialmente las más exitosas, a la rigidez de sus mapas mentales. El copensor debe ayudar a detectar esas construcciones subjetivas para potenciar el alineamiento entre áreas y niveles. Este modelo, por otra parte, es un mapa exhaustivo del total de las fuentes posibles de generación de iniciativas de innovación. El proceso se orienta a que la empresa determine sistémica y sistemáticamente cuáles habrán de ser las iniciativas de innovación, especialmente a nivel estratégico, y los objetivos a alcanzar y cómo pretende lograrlos, a través de una cultura de innovación, también estratégica, pero fuertemente impulsora de las innovaciones tácticas y operacionales. En este sentido, los tres niveles de innovación - la estratégica, la táctica y la operacional-pueden ser de tres grados de profundidad: incremental, radical y disruptiva. La innovación incremental sería la de cómo hacer un televisor tradicional un poco mejor. La radical sería pasar a plasma o LCD. La disruptiva sería transmitir televisión por internet.
La estrategia de la empresa es cómo ésta decide crear valor económico sostenible en el marco de un riesgo aceptable. En Penta se tienen en cuenta las dos decisiones estratégicas que toma cualquier organización. La primera es la “decisión de portafolio”, o sea en qué negocios pretende crear valor sostenible. La segunda es la “decisión de estrategia competitiva”, vale decir por qué pretende ser líder rentable y preferido en cada uno de esos negocios a través de la identificación de fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades. Además de las imprescindibles iniciativas de innovación, para hacer lo mejor todavía mejor. Innovación para consolidar fortalezas, innovación para superar debilidades, innovación para neutralizar amenazas, innovación para aprovechar oportunidades. En definitiva, innovación estratégica para liderar el futuro. Cultura. Es la matriz relacional-emocional, la cosmovisión, el “modo de vivir” que surge de las ideas guía, de las creencias, valores, hábitos, estilos y clima que surge de coordinar las diversas áreas de la organización y de tratar de generar una visión comprendida, compartida y comprometida. El CEO -Chief Executive Officer- asume la posición de CELL – Chief Executive Learning , Leader- cuya bandera es hacer de la innovación un valor central de la cultura de su organización, basada en el aprendizaje y el conocimiento colectivo. Recursos. Su gente, sus recursos tangibles –financieros, productivos, de infraestructura- y sus recursos intangibles: información, tecnología, mística, imagen, crédito, tiempo, capacidad de maniobra, organicidad y estabilidad. La innovación apunta a que esta constelación de recursos potencie a cada uno de ellos y a los vínculos que los conectan. Administración. Tiene que ver con su diseño organizacional, con sus sistemas de información y con sus procesos. Las innovaciones que se deciden implementar deben ser consideradas como proyectos, y éstos, gestionados por la metodología de Dirección de Proyectos (Project Management, Project Management Institute) para asegurar su ejecución. Mercados. Incluyen posicionamiento, marca e imagen, construcción y mantenimiento de ventajas competitivas y detección de nuevos mercados atractivos. Tiene que ver con el impacto del escenario externo, la envergadura y la tasa de crecimiento, las barreras de entrada y de salida, el poder de negociación de los proveedores, de los distribuidores y de los clientes finales, la compatibilidad tecnológica y cultural, la sinergia y el riesgo. Todo esto, hoy y mañana. La principal responsabilidad de la alta dirección, de la que depende la calidad de su pensamiento estratégico, es la de imaginar escenarios futuros en base a la innovación directriz: la innovación en cómo reinventar el éxito. Ligas entre pilares La estrategia resulta de la asignación de los recursos adecuados en los mercados atractivos. Dada la base de recursos de la empresa, según el nivel de sus conocimientos, de sus mapas mentales, ésta logrará un mayor o menor nivel de productividad en el empleo de sus recursos. La productividad genera un efecto de “presión” para ayudar a crear valor económico sostenible. Por otro lado, dado el posicionamiento de sus marcas en los mercados, éstas generan un efecto de “tracción”, que es la segunda fuerza de creación de valor. La estrategia competitiva se basa, entonces, en dos motores fundamentales: las ventajas competitivas desde el lado de los mercados (es decir, la tracción del posicionamiento de las marcas) y las habilidades distintivas (es decir la presión de la productividad en el empleo de sus recursos). Este es el eje horizontal de Penta: estrategia- recursos - mercados. Es el eje de la “formulación”. Veamos ahora el eje vertical de la “implementación- estrategia- cultura- administración”. La cultura puede ser endógena, orientada hacia la eficiencia (esto es: cómo hacer correctamente las cosas) o exógena, orientada hacia la efectividad (cómo hacer las cosas correctas). Necesitamos ayudar a que la empresa logre orientarse hacia ambos lados. La primera tiende a la optimización de los recursos y la segunda hacia la fidelización de los mercados. De la cultura surgen los hábitos que son las conductas diarias que promueven o dificultan la implementación de la estrategia. Desde el pilar de la estrategia se desprenden objetivos específicos en base a los cuales se diseña el pilar de la administración teniendo en cuenta la adaptación a los requerimientos de los distintos mercados servidos y la integración para la optimización del empleo de los recursos.