Horacio Marchand
Entre el genio y el loco, el persistente y el terco, la autoestima y el narcisismo, hay un filito muy delgado que a veces no se alcanza ni a ver.
Aclaro que no he visto talento que llegue lejos sin un toque de vanidad y es muy dificil encontrar un lider que no tenga un ego fuerte y dominante. Un lider requiere de autoestima y seguridad, pero donde esta la frontera?
En que momento un ego productivo se convierte en narcisista? En uno maniaco y autodestructivo que se lleva a una organizacion, o incluso a un Pais, al abismo?
Algunos ejemplos a considerar:
Jean Marie Messier, otrora lider de Vivendi Universal, celebrado en un tiempo por la expansion excepcional del conglomerado, por poco lo lleva a la quiebra; el consejo de administracion opto por removerlo.
Lee Iaccoca salva a Chrysler, pero es despedido por su plan de diversificacion y algo parecido le pasa a J. Carlzon, de SAS. A la lista se suman aquellos que en su afan de crecer y acumular gloria tuvieron problemas con la ley: G. Winnick, de Global Crossing; K. Lay y J. Skilling, de Enron; D. Kozlowski, de Tyco, entre otros.
El narcisismo esta cada vez mas en la mesa de discusion y algunos sociologos la perciben como un mal de esta Era: Yo, mi, me, conmigo.
Nos hemos condicionado a tenerlo todo, a ser felices, ricos, jovenes y guapos. Creemos que con dinero casi todo se puede conseguir.
Nuestra dimension publica parece ganarle a la privada. El "que diran" se come a lo que realmente queremos. Se nos dificulta saber lo que realmente queremos porque estamos montados en un tren a toda velocidad, pero que paradojicamente nosotros no disenamos; es el entorno el que se encarga de instalar las vias y construir el tren.